¿Hay hombres incapaces de sentir un orgasmo?

La respuesta es sí, y algunos especialistas consideran que las cifras parecen ir en aumento, aunque esto puede deberse a que los varones sienten hoy mayor libertad para expresar su problema y pedir ayuda.

La anorgasmia (ausencia de orgasmo) se ha calificado de condición eminentemente femenina que muchas veces ocurre por incompetencia masculina. En dichas circunstancias, la mujer opta en repetidas ocasiones por fingir que ha llegado al clímax con tal de mantener en “buenos términos” la relación de pareja.comunicacion pareja

Sin embargo, ahora hablaremos de los hombres, quienes, según Especialistas en Sexualidad, también son susceptibles de padecer esta disfunción.

“En principio, hay que decir que orgasmo no es lo mismo que eyaculación (o polución), porque ésta se refiere sólo a la expulsión del semen. El orgasmo masculino, en cambio, se relaciona con las contracciones que se producen internamente desde la próstata (glándula que genera líquido seminal) y a través del canal por donde se expulsa el esperma, que es lo que en realidad proporciona la sensación de placer. Por lo general, ambos procesos ocurren al mismo tiempo, aunque también se pueden dar por separado.”

Los Especialistas en Sexologia definen la anorgasmia masculina como “la falta de sensaciones en el momento de la eyaculación, lo cual puede originarse en muchos casos por la ingesta de medicamentos que equilibran el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), tales como los empleados para tratar problemas neurológicos y psiquiátricos (anticonvulsivos, antidepresivos y antipsicóticos)”.

Dichos fármacos, aclara, “pueden tener reacciones secundarias y promover la ausencia del orgasmo, aunque exista eyaculación. También es probable que se desencadene cierto trastorno que llega a confundirse con la anorgasmia, llamado anaeyaculación, en la que el individuo no expulsa semen y tampoco logra la sensación de placer”.

Emociones y enfermedades asociadas

De acuerdo con los Sexólogos, la anorgasmia también puede manifestarse a partir de algún trastorno de origen orgánico: “Ejemplo claro de ello es la diabetes (elevación de azúcar en sangre), enfermedad que en etapas avanzadas fomenta que las arterias se endurezcan y las terminales nerviosas se atrofien, de modo que cambia por completo las sensaciones que experimenta el cuerpo”.

El especialista ejemplifica: “Aquella persona con diabetes que se hace un mal corte de uñas puede ignorar que tiene alguna lesión e, incluso, está expuesto a sufrir gangrena en el pie por la falta de sensibilidad. Lo mismo puede ocurrir con la sensación orgásmica, ya que puede alterarse a causa de un problema en el sistema nervioso”, sentencia.

Por otro lado, la imposibilidad sensorial puede emerger como consecuencia de un desorden psicológico, sobre todo en varones con gran necesidad de controlar cuanto les rodea, casi en forma obsesiva.

Así, dice el sexólogo, “consiguen controlar la eyaculación, pero sin sentir placer. Esto puede parecer muy disfrutable para la mujer, pero sólo al principio, porque con el paso del tiempo empieza a sentir culpa y a pensar: ‘Ya no le gusto’, ‘no lo hago sentir bien’ o ‘no lo complazco’, y puede generarse conflicto”.

Tal cual refieren los expertos: “Para ellas es muy importante que el ciclo del varón culmine, es decir, que desde el inicio del encuentro sexual se presente estímulo efectivo, que haya suficiente excitación, penetración y luego el orgasmo. Así, hasta cierto punto, las mujeres pueden prescindir de esta última fase y quedar satisfechas, pero están acostumbradas a que el varón termine”.

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