Sexólogo, qué es un sexólogo.
Un sexólogo o una sexóloga es un profesional que estudia la sexualidad humana, y que realiza diversas labores, tanto de educación sexual, como de información y orientación, como de asesoramiento sexológico e intervención ante los problemas sexuales y de pareja, sin olvidar la investigación en sexología y las labores de divulgación sexológica.
Qué formación tiene un sexólogo o una sexóloga
En España, los sexólogos y las sexólogas habitualmente se han especializado en la materia mediante la realización de un máster de postgrado en sexología clínica o bien en sexualidad humana, en la mayoría de las ocasiones el máster de sexología clínica estaría más orientado al tratamiento e intervención en la clínica diaria, generalmente el alumnado son psicólogos que junto con su máster de Psicología General Sanitaria estarán debida y legalmente preparados para el ejercicio del tratamiento y la intervención de las diferentes disfunciones sexuales y/o terapia de pareja. en lo que respecta a los másteres de sexualidad humana, normalmente también tienen una formación de grado relacionada con la sanidad (medicina, enfermería, psicología…), pero en numerosas ocasiones tienen formación relacionada con la educación (psicopedagogía, pedagogía…) o el ámbito social (trabajo social, etc.), aunque actualmente hay sexólogos y sexólogas con una formación de grado de gran diversidad. Será de gran importancia por parte del paciente o cliente conocer la formación académica del profesional de la sexología en cuanto a sus objetivos se refiere, sea educación, formación, intervención, etc…
Ante un problema sexual ¿Cómo sé si debo acudir al sexólogo o a otro profesional?
Es frecuente que una persona que se encuentra con una dificultad en su vida sexual se pregunte a qué especialista debe acudir. ¿Al ginecólogo, al urólogo, al médico de cabecera, al endocrino, al psicólogo, al sexólogo…? La respuesta varía en función del problema concreto, y de si tiene una causa física o no (y de qué tipo).
También hay que tener en cuenta que la formación de grado de muchos sexólogos les permite abordar diversas dificultades de forma complementaria a las dificultades sexuales (ejemplo, un sexólogo que además sea psicólogo podrá abordar problemas sexuales y también psicológicos).
Pero el hecho es que, en muchos casos, la persona no sabe cuáles son las causas de su problema sexual, si son físicas o psicológicas, o si su dificultad se acompaña de otros problemas (médicos, psicológicos…) que puedan estar influyendo.
Por ello, desde la sexología, al margen de disponer de un buen conocimiento de las dificultades eróticas, sus causas y la forma de abordarlas, se suele considerar esencial el trabajo en equipo. La colaboración con otros profesionales permite realizar evaluaciones óptimas de las dificultades sexuales que llegan a consulta, derivar en caso necesario o trabajar de forma sinérgica.
Esta es una labor esencial del sexólogo: desarrollar una adecuada evaluación contando con los conocimientos y la visión de profesionales de otros campos cuando sea necesario, de cara a ofrecer la mejor atención posible a las personas o parejas que acuden preocupadas por una disfunción sexual.
De la misma forma, otros profesionales también derivan a la sexóloga o al sexólogo cuando comprueban que un determinado problema sexual excede a su campo de trabajo.
Salud sexual
La salud sexual hace referencia a la experiencia como proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables que propician un bienestar armónico personal y social, enriqueciendo la vida individual y social; no se trata sólo de la ausencia de disfunción, enfermedad o discapacidad.
La OMS define la salud sexual o la sexualidad sana como “la aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, amoldándose a criterios de ética social y personal. La ausencia de temores, de sentimientos de vergüenza, culpabilidad, de creencias infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reactividad sexual o perturben las relaciones sexuales. Y la ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva”.
El psicólogo sexólogo como asesor en educación sexual (orientador o educador)
Los avances en el conocimiento de los distintos aspectos de la sexualidad, el surgimiento de la pandemia de VIH y del mejor conocimiento de otras enfermedades de transmisión sexual, el reconocimiento del placer sexual como hecho social, la salud reproductiva, el intento de evitar la violencia de género, el reconocimiento de las derechos sexuales como humanos, el respeto a las minorías y el desarrollo de medicamentos eficaces para problemas sexuales hace necesaria una buena educación sexual.
Dicha educación sexual intenta estar abierta a los sectores de población (escuela, facultades, minorías con discapacidades, grupos especiales de la población, minorías étnicas, profesionales de la salud…) y está encaminada a:
- Promover un comportamiento sexual responsable mediante la ejecución de programas de educación a la población mediante el uso de diversos medios para prevenir la explotación, acoso, manipulación y discriminación sexual.
- Eliminar el temor, prejuicio, discriminación y odio relacionado con la sexualidad y las minorías sexuales donde se conocería y respetarían las identidades sexuales masculina y femenina, y las diferentes conductas sexuales y orientaciones sexuales (homosexualidad, bisexualidad, heterosexualidad).
- Eliminar la violencia de género en las que se reconocerían la violencia sexual en diversas formas y las diferentes formas de prevención de las mismas.
- Integrar programas de salud sexual dentro de la salud pública mediante evaluaciones generales y protocolos de intervención.
El sexólogo psicólogo como terapeuta sexual
Las respuestas sexuales fallan muchas veces por razones emocionales. La conducta sexual, las fantasías… siempre tienen un impacto individual en la persona. Puede sentirse satisfecha y relajada o, quizá la ignorancia, la culpabilidad, los deseos ocultos, producen una ansiedad que entorpece la respuesta sexual. De hecho, gran parte de las disfunciones sexuales tienen causas psíquicas y la mayoría pueden tratarse con éxito. De ahí la importancia que tiene la terapia sexual llevada a cabo por el psicólogo especialista en sexología.
Fue Wolpe (1958) el que afirmó que la mayor parte de los problemas sexuales derivan de unas actitudes negativas del sujeto ante la actividad sexual, lo que produce una ansiedad condicionada ante la actividad sexual que inhibe la respuesta sexual del individuo. La resolución de estos problemas pasaría, por tanto, por una corrección de las actitudes erróneas del sujeto y por algún tipo de terapia educativa o conductual dirigida a eliminar los mitos y prejuicios así como disminuir la ansiedad.
Los problemas de salud sexual provienen de situaciones (personales, de la relación de pareja o sociales) que deberían identificarse y darle un tratamiento adecuado. Actualmente se recomienda un enfoque donde se dé relevancia a los síntomas o síndromes clínicos que alteran la salud sexual del individuo o de la relación de éste con su pareja. Los problemas sexuales pueden tener diferentes causas (orgánicas, psicológicas y sociales) y es donde el terapeuta sexual tiene que descartar y valorar las diferentes incidencias.
El terapeuta sexual ha de realizar inicialmente una evaluación de la conducta sexual, la historia del problema y al final valorar un diagnóstico con un posible tratamiento. Muchas veces superar el sufrimiento en secreto de la persona que presenta o cree presentar un problema sexual es el inicio de la solución. El terapeuta sexual descarta inicialmente si el problema sexual planteado tiene una causa médica y si sospecha que pudiera ser así lo derivará al especialita médico pertinente (urólogo, ginecólogo, andrólogo…). Si se descarta una patología orgánica se continúa la terapia sexual y se intentará modificar un problema de comportamiento.
Un problema sexual existe cuando un individuo realiza una actividad sexual que le hace sentirse infeliz o coartado en su libertad o si la misma representa alguna molestia o algún peligro para sí mismo o para las demás personas de su entorno o grupo social de referencia, pudiendo estar esta anormalidad relacionada causalmente tanto con alteraciones orgánicas, como con anomalías o trastornos funcionales o psicológicos. Los principales problemas de salud sexual se pueden englobar en:
- Alteraciones del funcionamiento sexual (disfunciones sexuales): deseo sexual hipoactivo, aversión sexual, disfunción orgásmica, dispareunia o dolores sexuales. En la mujer estarían la disfunción de la excitación sexual, vaginismo y en el hombre la disfunción eréctil y la eyaculación precoz. Se engloban la mayoría de los problemas sexuales y se sitúan en las diferentes fases de la conducta sexual (deseo, excitación u orgasmo).
- Trastornos del vínculo afectivo.
- Comportamiento sexual compulsivo.
- Relacionados con la violencia y victimización: abuso, acoso y violación sexual, fobias sexuales y otras conductas de riesgo. Son conductas que se realizan o sufren mediante una actividad sexual con otra persona sin su consentimiento.
El psicólogo como investigador en sexología
La investigación es necesaria para aumentar la comprensión del sexo, la sexualidad, la salud sexual y el comportamiento sexual, así como para evaluar la eficacia de estrategias de prevención, programas, cursos y tratamientos. Así las principales vías de investigación irían encaminadas a:
- Promover la investigación sobre la salud sexual de personas y grupos de población. La evaluación iría encaminada a recopilar datos para tomar decisiones y valorar la eficacia de programas de educación sexual.
- Promover la sexología como una disciplina de investigación y con relación a otras disciplinas (medicina, enfermería, sociología, antropología, epidemiología). Se pretende crear una mejora en los conocimientos y una percepción renovada de las cuestiones complejas de la sexualidad y de la salud sexual.
- Difundir los conocimientos científicos para crear una base a nuevas experiencias de calidad para el futuro.